​

Para conseguir estas necesarias movilidades se precisan de medios, y estos son los sistemas de transporte (terrestre, marino y aéreo) y las infraestructuras para el transporte (carreteras, puertos y aeropuertos).

​

Como se ve, no debe confundirse la movilidad con el trasporte: el transporte se refiere a los “medios para la movilidad”, es decir, a los vehículos motorizados y su “circulación”, mientras que la movilidad se centra en los “fines de la movilidad”, es decir, satisfacer el movimiento de las mercancías, las personas a pié (mayores, niños, minusválidos, etc.), los ciclistas, etc., y en todos los casos considerando los aspectos sociales, medioambientales y económicos que tal movilidad supone. (A título de ejemplo, el vehículo a motor, en este contexto, es una pieza más del sistema de movilidad, sin ninguna jerarquía dentro del mismo)

​

De acuerdo con el análisis de la situación de este eje en el mundo y su evolución mas probable la solución de los problemas del transporte a largo plazo exige la aplicación de una serie de medidas, entre las que cabe señalar:

​

o   Disminuir las necesidades de transporte de personas a todas las escalas, mediante acciones tales como acercar la administración a los ciudadanos, primar la residencia próxima al trabajo, fomentar el teletrabajo, utilizar las videoconferencias, etc.)

o   Disminuir el transporte de mercancías por la vía de acercar la producción a los puntos de consumo.

o   Disminuir los consumos energéticos asociados a todos los medios de transporte por la vía mejorar los rendimientos de las transformaciones de energía primaria a movilidad

o   Sustituir los medios de transporte intensivos en energía por otros menos intensivos (por ejemplo, parte del transporte aéreo de personas por transporte por ferrocarril de alta eficiencia, o por transporte en barcos).

o   Potenciar el uso de todo tipo de vehículos susceptibles de ser accionados con energías renovables (Eólica, solar, biomasa, etc., apoyadas en los correspondientes sistemas de acumulación: hidrógeno, baterías, volantes de inercia, etc.). En especial, el transporte en el interior de las grandes ciudades exigirá cambios a todos los niveles tales como:

o   Infraestructuras:

-      Adaptación de los viales y otras infraestructuras en beneficio del transporte público

-      Reducción(o integración) del impacto visual de las infraestructuras de transporte en el interior de las ciudades

-      Incremento de viales de circulación restringida

-      Incremento de los aparcamientos en el exterior de las ciudades

-      Nuevas infraestructuras de interconexión intermodal

o   Vehículos:

-      Fin del automóvil como objeto “per se”

-      Aumento de la oferta “tipológica” de los vehículos adaptada a las diferentes necesidades. (Vehículos de carga con facilidad de uso, automóviles de fácil acceso para personas de movilidad reducida, etc.)

-      Adaptación de las prestaciones de los vehículos a sus necesidades reales

-      Vehículos de dos y tres ruedas con accionamiento humano y apoyo energético externo

-      Empleo de materiales reciclables

-      Empleo de combustibles menos contaminantes. Control total de la contaminación.

-      Empleo de energías renovables con sistemas de almacenamiento masivo de energía (Hidrógeno, baterías reciclables, volantes de inercia, etc.)

o   Gestión de las flotas:

-      Mejora de las operaciones de tráfico

-      Fomento del vehículo compartido

-      Tratamiento prioritario a Vehículos de Alta Ocupación (VAO)

-      Gestión de alquiler temporal de vehículos de todo tipo (especialmente bicicletas)

-      Mejoras en los sistemas y horarios de reparto de mercancías y recogida de residuos

-      Dispersión de las horas punta

o   Legislaciones:

-      Encaminadas a disminuir el transporte privado y favorecer al público

-      Encaminadas a favorecer el uso de vehículos con prestaciones limitadas

-      Encaminadas a favorecer el uso de vehículos propulsados por energías renovables

-      Encaminadas a disuadir del uso de vehículos de alto consumo de combustibles y contaminantes

-      Incremento del control de emisiones contaminantes

o   Económicas:

-      Impulsar las inversiones en I+D+I encaminadas al desarrollo de nuevos vehículos y sistemas de transporte

-      Subvenciones a la compra de vehículos menos contaminantes y propulsados por energías limpias

-      Subvenciones a la captación de energías renovables dedicadas al transporte

-      Apoyo a la construcción de las infraestructuras que precisan estos nuevos medios de transporte.

o   Mentalización ciudadana:

-      Desmitificar el vehículo térmico, de gran potencia, como muestra de poder, de “estatus social”

-      Dar “valor social” al uso de vehículos ecológicos (reciclables, accionados por energías limpias)

-      Fomentar el uso de transportes públicos

-      Reducir las necesidades de movilidad (favoreciendo las residencias próximas a los empleos, los comercios de proximidad, etc.)

​

En definitiva, la humanidad precisa afrontar cambios sustanciales en el concepto movilidad, y en los medios de transporte a ella asociados, si se desea que esta actividad, vital para toda la humanidad, no se convierta en un freno para su desarrollo sostenible.

​

Tales cambios tienen una doble dimensión: por un lado, cambios sobre los propios medios de transporte, incluyendo infraestructuras, vehículos y gestión de los mismos; por otro lado, cambios de mentalidad de los individuos frente a los medios de transporte, así como cambios de hábitos de vida menos intensivos en movilidad.